lunes, 17 de agosto de 2009

Reglas, reglas, reglas...

Seguir las reglas a pie juntillas resulta ortodoxo... y así uno se vuelve un personaje políticamente correcto...

Sin embargo... ¿Cuántos de ustedes no han encontrado una hermosa nota de alegría justo detrás de la última página de los reglamentos, más alla de las limitaciones de las normas...?

Aunque eso de andar saltándose las reglas no viene bien en todos lados; vale la pena tomar el riesgo, aunque sea de cuando en cuando... tal vez más de uno de ustedes dirá que no se deben operar sistemas electrónicos en un avión que está aterrizando, pero esta foto valió la pena...

Tal vez es un poco como con los besos robados... la mayoría de la gente dice que no valen la pena...

¿Será acaso porque no saben lo bien que sabe uno de esos cuando es correspondido...?


adieu, bras du vent ...


Saludos al respetable y al no tanto

1 comentario:

Iván dijo...

Completamene de acuerdo. Me encanta una frase que dice "Aprende las reglas, así podrás romperlas apropiadamente". Siempre va a haber exepciones, siempre hay factores que cambian la situación y creo que eso es lo que hace interesante cada momento de la vida, que siempre pueden pasar más cosa de las que se planean. Siempre hay esos momentos "irregulares" que evitan que todo se vuelva un camino recto y plano y logran demostrarnos que realmente la vida es una montaña rusa con subidas, bajadas y cambios de velocidad.
Las reglas sirven pero cambian. LaS reglas ordenan pero limitan.
El problema es definir cuando hacemos una excepción a la regla.
Desafortunadamente no hay reglas para definirlo ;).

Saludos.