jueves, 6 de agosto de 2009

La cascabel

Acechaba enmedio de la vegetación, paciente y serena dentro de la penumbra... nos encontró a nosotros y no a una presa.

Felizmente, fue un encuentro muy afortunado: ella sólo fue molestada un momento; sin más afán que contemplarla... de admirar su mortal señorío...

A todos nosotros, nos robó el aliento...



Saludos al respetable y al no tanto

1 comentario:

William Alexander López dijo...

A mi igual me hubiera robado el aliento, pero aun así no hay que negarlo que tiene su encanto y atractivo.

Abrazos