Año nuevo en febrero...

Pocas veces he estado entre tanta gente; el tumulto es superlativo. Las calles comerciales del centro de la Ciudad de México adquieren un aire distinto; más que ajeno lo cotidiano.... exótico, festivo. Durante buena parte de la espera estamos apretados hombro con hombro. Aún entre tanta gente, hay personas que se las arreglan para vender y comprar recuerdos, amuletos, calendarios, galletas... de la suerte...


¡Es el Año Nuevo Chino!

Del otro lado de la calle el olor a pólvora empieza a inundar el aire... leones danzantes, explosivos, chispas de colores... dos dragones se lanzan a volar entre la multitud al ritmo de los tambores que vibran con fuerza y aceleran el corazón de los concurrentes. Los leones danzantes, prodigan con sus bailes buena suerte por donde quiera que pasan.


Afortunadamente, nos han pasado cerca... y la suerte china nos favorece... Fue una larga noche de fiesta para recibir al año de la Rata 4706; al final regresamos a casa con los filtros de los objetivos llenos de chispas de la pirotecnia, oliendo a humo y medio sordos... pero cada toma valió la pena.




Saludos al respetable y al no tanto