jueves, 23 de abril de 2009

Oscuridad de primavera

El sol ilumina ahora más alto, más tiempo y más fuerte. Hace calor. Es curioso como el aumento en el fotoperiodo altera tanto al monte y a sus habitantes que todo el mundo comienza a hacer el amor. Después de todo... que queda por hacer...?

Sino simplemente dejarse llevar por ese tierno abandono.

Aunque el aumento en el periodo de luz puede ser la explicación y aunque se supone que yo soy testigo de ello, se supone que soy científico... estoy seguro que la causa es otra; es algo que, hermoso y sin tener nombre, se extiende através de una impenetrable oscuridad, acerca a los individuos, enciende sus corazones, los seduce, los vuelve uno... la vorágine desboca los sentimientos y consume cualquier viso de razón.



Es la oscuridad de primavera.


Saludos al respetable y al no tanto

viernes, 10 de abril de 2009

La verdad nos hará libres

De acuerdo con el mito, la cruz mató a Jesús para permitir un milagro tres días después. Con mucho pesar veo que la mayoría de la gente interpreta la muerte y resurreción de Cristo como una prueba de obediencia y resignación que inspira a ser obediente y resignado.

Y la historia de la Pasión dista muchísimo de ser cosa parecida. El coraje que permite llevar una convicción hasta el martirio es en realidad una hermosa historia acerca del valor y la entrega; de la alegría de vivir con y para los demás. La Pasión es una historia sublime y terrible a la vez de la lucha del hombre; la cruz es un signo de la catársis que implica el camino de la libertad.

Por decir esta y otras cosas se me acusó y condenó de pagano; por sentir así se me exhorcisó como a un demonio.

Hoy, en el memorial de la Pasión, elevo una plegaria sincera, una imagen desde el corazón a quien dijera hace ya tantos años...

la verdad los hará libres...



Saludos al respetable y al no tanto

martes, 7 de abril de 2009

La dulzura de la secresía

Usualmente, los loros se la pasan contentos, gritando bulliciosos y estridentes; son brillantes joyas a color que remontan el viento a fuerza de alegría...

Sin embargo, a veces tienen que ser discretos. Hay momentos en la vida de todo loro donde su casi irresponsable gritería debe ser ocultada a los ojos de los demás. La necesidad los hace vivir en misterio; tienen que guardar secretos...

Y entonces, los loros de colores se inundan de matices; se vuelven blanco y negro... sólo a veces, cambian su intensidad y su viveza cromática por el dulce encanto de la secresía...




Saludos al respetable y al no tanto

miércoles, 1 de abril de 2009

La historia del hombre más grande del mundo

He sostenido que hacer fotografía es una provocación. Hacer foto debe buscar generar reacciones a través de la expresividad del fotógrafo. Para lograr su cometido, la fotografía debe ser compartirda, no hay duda.

Además, dicho sea de paso, recibir la respuesta a la provocación es muy gratificante. Aunque algunas personas han expresado que les gustan muchos mis fotos y los cumplidos menudean, yo no me jacto de ser bueno; en todo caso, soy afortunado de estar en el lugar y el momento precisos.

Pero ahora me he llevado una hermosa sorpresa; es la historia del hombre más grande del mundo:

Hace unas semanas conocí a la familia Beck. Son gente inteligente, alegres, brillantes en más de un sentido. Juan es el menor de los hijos Beck, un chico alegre al que le bastaron unos meses en México para apropiar profundamente un poco del país y su gente... y se enamoró de las Chivas de Guadalajara. Una tarde estabamos jugando a la pelota con él, ví una foto que decidí hacer; me tiré al piso un momento y disparé.

Les presento a Juan Beck:


Unos días después, Juan regresó junto con su familia a Estados Unidos. Como despedida, los Beck salieron con algunos de sus amigos a cenar. Juan jugaba con la cámara de Martín (otro de mis nuevos amigos acá en el salvaje oeste) y le explicó entusiasta: ¡Un amigo me tomo una foto excelente! ¡Ven quiero tomarte una igual!... e hizo la foto diciendo:

¡Te voy a tomar una foto donde te veas como el hombre más grande del mundo!


El hecho de haber influido de manera tan notable (y espero positiva) en la creatividad de una persona sencilla y sin prejuicios, es uno de los mayores reconocimientos que se puedan recibir jamás.

Ese niño, con su noble deseo de aprender y compartir lo aprendido, bien puede ser el hombre más grande del mundo.


Saludos al respetable y al no tanto