lunes, 22 de noviembre de 2010

Veneno...

De en medio de la hojarasca húmeda, apareció éste animalito caminando con cierta timidez, como si no supiera que su brillante piel mantiene a resguardo el veneno para hacer pagar el atrevimiento de comerla…


La dosis hace el veneno… Por extrañas circunstancias, el que daña el alma hace efecto poco a poco, de forma prolongada… una larga exposición al miedo y la sinrazón terminan intoxicando hasta el anhelo más auténtico…

Mientras que hay un veneno distinto, que actúa de súbito, fulminante… las mujeres saben de eso… algunas de ellas llevan eso que parece veneno en la sonrisa sincera... en la cadera y en la dulzura de su mirada…

Veneno… ¿Cuánto es necesario para matar…? ¿Para asfixiar las ilusiones....?

¿Y para encender en el corazón una promesa de pasión inesperada…?


Tocar el rojo brillante de la ranita... seguir probando...
¿Cómo saberlo...?


Saludos al respetable y al no tanto

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Calaveras y diablitos...

Al son de una pegajosa canción me quedé pensando…


la vida es para gozarla, la vida es para vivirla mejor…


la vida nos tiene reservados en el camino algunos tesoros insospechados que nos invitan permitir que el corazón lata bien fuerte… y a veces crecen bien grandes dentro de uno... ¿Porque dejarlos al paso, en vez tomarlos para llevar esas bellas sonrisas dentro de nosotros…?



calaveras y diablitos…


Yo no renuncio a tomarlas… dan tanta alegría...


no quiero morir sin haber amado…
pero tampoco quiero morir de amor…




calaveras y diablitos… invaden mi corazón

Saludos al respetable y al no tanto

viernes, 5 de noviembre de 2010

Migración de otoño...

El frío y la falta de alimento tienen consecuencias: las aves del norte comienzan a migrar. El sur es la promesa de abrigo y sustento... la calidez del trópico las aguarda a la distancia como una esperanza para vivir un año más y regresar en la primavera al norte... cerrar el ciclo de nuevo, como cada año, como siempre.


Sin embargo, no todas regresarán... para muchas de ellas, el invierno del norte habrá sido demasiado crudo... y sus mermados corazones dejarán de latir en algún punto del viaje... después de todo, el hielo del invierno puede ser bello... pero para las aves es insensible; es sólo frío y viento...





Cada año, las aves migratorias de Norteamérica migran hacia México, Centro y Suramérica para pasar el invierno. La migración comienza en otoño y cerca del 40% de las aves del continente se movilizan al sur, muchas de ellas por la planicie costera del Atlántico mexicano. Las condiciones orográficas generan un fenómeno conocido como Río de rapaces. Durante el otoño se registran cerca de 5,000,000 de aves en la zona costera de Veracruz en su camino hacia el sur...


...si tienes un corazón en las manos, date cuenta...
no lo dejes morir de frío.





Saludos al respetable y al no tanto.