Afortunadamente, cuento con un equipo digital básico bastante solvente: un cuerpo sólido y eficiente y una óptica que cubre de manera continua la distancia focal de 18 a 400 mm (28 a 640mm en mi 30D). En términos de cámara digital y óptica, puedo decir que estoy bien cubierto.
La fotografía digital facilita mucho las cosas; los apuntes dan resultados instantáneos y las correcciones se hacen de inmediato, el aprendizaje es muy rápido y obtener una buena toma se vuelve una cuestión prácticamente resuelta.
Sin embargo, hacer fotografía con medios análogos involucra un placer adicional; supongo que es alguna suerte de gusto por la incertidumbre la que hace a los necios regresar siempre a hacer fotografia análoga; plata y gelatina.
Hace unos meses, un buen amigo (gracias prof. JBM) me regaló un puñado de magazines cargados con con Kodak Ultra 400 vencido en 2003; emulsión caduca, es cierto, pero útil para ejercitar la vista, empujarla un poco y probar suerte...
Así que, después de un largo periodo de entrenamiento digital, tomé la vieja Petri Micro FM1 de mi papá y salí a caminar al centro de la ciudad.
Aún hay varios rollos que esperan su turno para ser revelados, además de muchos que esperan ansiosos su turno de ver la luz. De eso, habrá más noticias pronto...
Cómo dijo mi amigo (gracias de nuevo prof. JBM):
Hay una incurable contaminación de haluros de plata en la sangre de gente como nosotros.
Saludos al respetable y al no tanto
1 comentario:
Volviendo a las raíces ... muy buenas y por se en análogo tienen mucho mérito
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