Tomar una oportunidad y responder a las sonrisas que regala la vida siempre es posible; sólo hay que sonreír para que suceda, precisamente.
Sonreír a la singular belleza escondida en una tarde nublada,
a la alegria del juego más sencillo...
Sonreír a la espuma del mar en los pies,
a esa suave caricia del viento...
Saludos al respetable y al no tanto
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