Este entrada servirá como prólogo para una entrada más amplia (en preparación) acerca del placer de hacer retrato. El discurso a sostener es, en esencia, el mismo de todo el blog:
La fotografía como medio expresivo.
Hacer retrato es especialmente placentero porque involucra un juego doble de expresividad: la del fotógrafo y la del sujeto. Así, en el instante del disparo, se dice lo que se siente dentro a través de la imagen... l'homme qui rêve heureux dans les bras du vent...
Vale una nota especial para los retratos que no se hicieron, pero que han sido imaginados, ó aún más, que han sido vividos... estos se conservan como secretos, intactos y hermosos, en la memoria del fotógrafo...
Saludos al respetable y al no tanto
1 comentario:
Excelente amigo, es un trabajo de dos, o como dices un juego de expresividad entre el sujeto y el fotografo.
Muy buena luz
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